miércoles, 7 de mayo de 2008

LLENO, POR FAVOR



Llevo dos días con moto y me siento más feliz.
La frase “soy dueña de mi tiempo” me viene a la cabeza cada vez que me subo a mi moto de 12 años. Como decía ayer Carlos “eh, no te metas con ella por ser vieja, que tú tienes 28 y, para un ratín, todavía sirves” :P.

Ayer me dolían los ojos y parecía llorosa. Hoy me levanté con una idea genial (adoro esos despertares) y vi clara que la solución era ponerme las gafas de piscina enormes que me compré con Esther (de las que se reía pero son estupendas, jeje). Y ahí fui, con mi casco estupendo de vespa, mi moto adolescente y mis gafas con pegata de piscina :). Nuevamente, me sentía dueña de mi tiempo (y un poco de mi no-estilo!)

Hace un par de años, Pablo me envió un email en el que desgranaban una vida en actividades. Los minutos que dormías, que trabajabas, que hacías colas… y la posibilidad de comprar minutos. ¿Cuánto deberían costar para que el trato sea justo?

Me impactó, y esa idea fue el catalizador para que comenzase a ver la vida en períodos cortos. Todos los días son diferentes, hay que disfrutar las cosas como vienen y, sobre todo, en el momento actual. Alguno pensará que una tía que tiene una Excel con sus fines de semana planificados hasta dentro de 4 meses, no puede hacer una afirmación de este tipo pero tiene nada que ver. Planifico para no tener la sensación de tener días, horas, minutos, momentos muertos. Pero lo único cuadriculado en esta historia son los horarios de los vuelos (que, se pueden perder o no coger, comprobado).
¿La clave si me agobio? Nunca espero, sino que hago otra cosa y, si sigo sin verlo claro, pienso en qué es lo que tengo que hacer en las siguientes dos horas. Ser tan minuciosa puede estresar visto desde fuera. Desde mi mente, sin reloj pero con aprecio por los minutos, sólo veo que este razonamiento hace que lo vea todo más intenso, como todas aquellas cosas que tienen un fin.

El título de este post es el precio por comprar esos minutos ficticios que hacen que me sienta un poco más libre cada día… exactamente 3,5 €

lunes, 5 de mayo de 2008

Reconciliación con las islas. Finde chicharrero




Una vez más, un viaje en el que vayamos Mónica y yo sólo podía ser perfecto :). Da gusto viajar con gente a la que parece que conoces desde la guardería. Adaptación total.
El miércoles ya nos reíamos planificando toda la logística para llegar al aeropuerto con nuestro nuevo plan cero euros. ¿En qué consiste? Pues en ahorrar todo en lo que podamos y en gastar todo lo que ahorremos en cosas que nos hagan felices. ¿Lógico, no?
Cuando aterrizamos ya nos estaban esperando. Me encanta que me vengan a buscar al aeropuerto. Es una de las mejores sensaciones viajar a un sitio nuevo y encontrar una cara conocida, siempre marca un buen comienzo. Y al salir, ¡Furgoneta! ¡con lo que nos gustan! Llegada al hogar, visita al restaurante de Alejandro Kiosko Principe en la Plaza del Príncipe [ C/Valentín Sanz s/n tlf: 922 247240]. Si vais por Tenerife, os aconsejo que vayáis a visitarlo y organizar una cenita allí. Tiene una terraza espectacular y un menú que tiene muy buena pinta . Como Alejandro (EC, el canario a partir de ahora) estaba ocupado, nos fuimos a la playa con Alejandro (EG, a saber, el gallego ). Ahí comenzó nuestro momento “viaje en guagua”. Sol toda la tarde, atardecer en la cima de una montaña y cena en un sitio espectacular [Casa Luzardo, pedimos un pescado a la parrilla super bueno y las papas con mojo picón….que buenas!].
Día 2. Viaje al sur de la isla. Guagua otra vez, bocata en la playa y paseo. Sólo nos faltaba el mantel de cuadros, jeje. El relax seguía en aumento. EG y yo subimos la montaña Roja, un volcán! Después nos moríamos de risa con EC porque nos
decía que antes de selectividad prometió que, si aprobaba, subiría la montaña andando en plan ofrenda. ¡Y nosotros subiendo en chanclas y bañador! Al bajar ya nos vino a buscar EC y fuimos a por nuestros disfraces para ir a la noche de los magos. ¡Qué risas con la señora que nos los alquiló! Era como estar en un pueblo gallego de hace años! Ya veis en la foto lo monos que estábamos, jaja.
La noche fue genial. Nos llevaron a la parte de la ciudad donde las calles estaban repletas de gente disfrazada (sino no podías entrar) y mesas con comida y bebida. Acabamos en la plaza del pueblo bailando una mezcla de jota-muñeira, divertidísimo! Por cierto, que nadie sabe porque esa fiesta se llama mago y es porque en el habla propia de las islas, significa campesino. Nos metimos en seguida en el papel, no sé cómo, creo que llegamos a sentirnos monas con la pinta de mesoneras medievales que llevábamos, jeje (no volveremos a pensar que tenemos el culo gordo jamás :P).


Al final de la noche estuvimos en el TRIBOO (Con dos O, jaja, Alejandro nos decía q se llamaba Taboo y hasta nos lo deletreaba). El sitio estaba genial y, a la vuelta, acabamos sacándonos fotos en un camión, buenísimo.
Esa noche, dormí como no lo hacía desde hace mucho tiempo. Nos levantamos y Ale ya se había ido y Canario nos llevó a casa. Fue curioso porque nos despedimos de alguien que parecía un amigo de toda la vida. Como ya le dijimos, dejamos muchas cosas por ver para la próxima. Por nuestra parte, esperamos verlos pronto.
Fue un finde que marcó el comienzo del verano, ¡un placer visitar las islas!
¿Para cuándo la próxima :)?