El Regreso

Ayer me disponía a tener un regreso al trabajo clásico.
Protestas durante los dos días previos, semi – tristeza, llamadas desde el aeropuerto en plan despedida-no-quiero-volver…
Pero entonces vi en el aeropuerto a Alvaro Egipto. Siempre me alegra verlo, aunque sea en aeropuertos o en viajes.

Cuando estaba llegando, un chico me preguntó si había estado hacía 1 mes en Nairobi. Pensé “pero no te das cuenta de que estoy entregada a la tristeza de volver a un pueblo frio? :P”. Resultó que teníamos varios conocidos comunes y me dio varios consejos para cuando vuelva (se acordaba de mi de la fiesta de celebración de Obama, tiene que ser una buena señal!)
En el avión coincidí con una chica que conocí en un vuelo en Octubre y estaba leyendo el mismo libro que yo (gracias Moni!) así que pudimos comentar como frikies profundas sin sentirnos avergonzadas, jeje (Yos, siento no estar de acuerdo con tu post sobre los compañeros de viaje, a mi me suelen entretener :P)
Regresar a un sitio al que pensabas que no ibas a volver es extraño.

Como cuando decides que alguien ya no pertenece a tu vida y te lo encuentras por casualidad.

Lo miras, no sabes como reaccionar y, en ese momento, ya que no lo has planeado, todo lo que sucede no es algo lógico. Puede que se te calienten las mejillas; que la frustración contenida te suba por la garganta; que quieras gritar; que no sepas que decir…
O sonreír, como fue mi caso esta mañana cuando salí del B&B y vi la estación de tren de Maynooth.
Volví a sentirme agradecida con este pueblo Monty Phyton y pensé que si me costaba volver, es porque estaba bien en otro sitio
Volvemos a la vida del “countryside” :)
Feliz año a todos,
Sabe