jueves, 2 de octubre de 2008

Gongo

Ayer fuimos a conocer a los padres del americano.
Había decidido que no iba a hablar más inglés esta semana a partir de las 7 de la tarde pero parece que hay una fuerza divina que quiere que aprenda inglés si o si… así que ahí estaba la madre, mirándome con cara de la típica americana que se presenta en tu puerta con una tarta para presentarse a los vecinos nuevos:
* hola, darling, de donde eres? Tus padres? Tus abuelos? Tus tíos?
* Donde está tu cuidad? Habitantes? Idioma? Número de bibliotecas? Campos de fútbol? Algún deporte especial? Tipos de bares? Hay muchas funerarias?

Jaja, os lo prometo. Interpolad esto a todos los temas triviales que se os ocurran, y tendréis una visión clara de mi tarde :).

Después fui a hablar por teléfono por el skype. Tenía que elegir entre escuchar o hablar, porque parece que los cascos estaban diseñados para un enano… hasta que cuando salí me dijo el chico del Congo (amigo de los primeros días) que los estaba poniendo mal… me podía avisar una hora antes, no? Jeje.
Estuve tomando algo con él y estaba emocionado porque dice que soy la primera persona que conoce que sabe que república del Congo y República democrática del Congo no es lo mismo… pues hombre, trabajando en un pueblo con una sede de una ONG grande, ¡tiene un poco de delito!
(por cierto que aprendí lo que es un enclave... soy inculta otra vez, ¿Verdad?)
Volvía para el castillo haciendo uno de mis juegos preferidos: contar curas y gatos, jeje. Cómo puede ser que atravesando el patio siempre vea más de 3? (de cada uno :P).
Y pasó algo sin precedentes. Llovió y no me molestó.
Me quedé parada y estuve debajo de la lluvia un rato y me di cuenta de que nos haremos amigas una temporada y que no es para tanto.
Supongo que algún gen gallego debió manifestarse, jeje

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobrecita... Estas fatal!

Campanilla dijo...

jaja, por qué exactamente :P?