miércoles, 1 de octubre de 2008

Martes

Cada vez somos un grupo más curioso.
Tenemos a:
* Chris, el americano 5/0,5
* Jessy, la chica de Londres que no tengo claro si es detallista o intensa, pero que habla a la velocidad del hombre de micromachines. La valoro porque es como tener tres horas de clase de inglés concentradas en 15 minutos. Si entiendo esto, estoy preparada para la vida moderna…

* Jenny, americana de minessota (tardé exactamente 3 días en entender que el pueblo que pronunciaba de una manera tan extraña era el minessota de toda la vida). Rubia, guapa, dulce y un poco triste aún por la lejanía de su familia. Tiene historias curiosas…
* proxima incorporación: Dan. Ese jefe indeterminado que tengo que tarda en aparecer y con el qeu pasaré las navidades en algún aeropuerto :P. También tiene ratio, 1/7. Le hago una pregunta y en vez de contestarla, responde con 7 preguntas nuevas, jeje

Así que allí estábamos otra vez, experimentando el extraño fenómeno de comer y, además, sin estar encima de un ordenador!


Después de leer la carta mil veces y preguntar qué significaban mil cosas, me decidí por algo exótico: Ostrich (pronunciadlo en voz alta, veréis como os apetecen de repente, quien no iba a querer comer unas...)

Pues sí, hombre, porque no, por qué no voy a comer unas ostritas aunque esté en un sitio que dudo que sepan lo que es… en el peor de los casos, me traen unos berberechos… estaba yo ahí pensando, imaginándome ya que estaba en un puerto, con un vinito y el solete, cuando me dice que si las quiero con queso o no… y yo “pues hombre, no lo veo claro lo del queso”. No os voy a contar toda la conversación pero vamos, la conclusión es que tengo que traer la traductora portátil para buscar estas cosas disimuladamente dentro del bolso porque casi me como una PEAAAASO DE AVESTRUZ! Jeje
Ayer tuve que hablar mucho en inglés y estaba cansada ya, así que opté por la técnica del español preparado para salir al mundo exterior. “A ver, señores, les voy a hablar en español pero despacito y bien alto, y nos vamos a entender”.

Creo que realmente fue un desastre, jeej, pero al menos me reí y ya me dice el americano “hola señorrrritaaa, yo estoy bien, como tú estás, duerme con los becerritos”
besos desde mi ventana

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